Cuando la energía de los niños es baja y su temperatura es elevada (100.4 °F o superior), sabes que algo no anda bien. Es posible que estén combatiendo una infección pero puedes ayudarlos a bajar la fiebre de la siguiente manera:
- Báñalo con agua tibia. Haz que salga si comienza a temblar, ya que los escalofríos pueden elevar su temperatura.
- Ofrécele mucho líquido para que beba. La fiebre y la deshidratación van de la mano. Pero evita que tome gaseosas: la cafeína lo deshidratará más.
- Llama al pediatra si tu hijo:
- Tiene más de 104 °F de temperatura
- Tiene más de 100.4 °F y alguno de estos síntomas:
- Dolor de cabeza intenso
- Dolor de garganta u oídos
- Vómitos o diarrea reiterados
- Rigidez en el cuello
- Sarpullido extraño
- Parece muy enfermo o extremadamente somnoliento o quisquilloso
- Ha estado en un lugar muy caliente (como un auto con la calefacción muy alta)
- Tiene problemas subyacentes en el sistema inmunológico, antecedentes de convulsiones o toma esteroides
- Parece empeorar incluso después de haber sido tratado
- Sigue con fiebre (100.4 °F o más) después de 3 días o aún "parece enfermo" cuando la fiebre baja
Para evitar que el virus que causa la fiebre se propague, asegúrate de que todos los miembros de la familia se laven las manos con frecuencia y de que no compartan los cubiertos, los vasos ni las toallas.